Nos podemos sentir atraídos al mismo tiempo por el caos y la calma.
Sentir el placer, el deseo de un lado y por el otro tranquilidad, estabilidad y conexión.
Por aquello que saca tu lado obscuro y denota inseguridades, miedos, incertidumbre, todo eso que alimenta nuestro Ego, que lo empodera y lo engrandece haciéndonos querer más.
Pero también aquello que nos da equilibrio que nos hace entrar en nosotros mismos y expandirnos para simplemente SER en esencia total.
El yin y el yang, el blanco y el negro, la luz y la sombra. Todo eso de lo que estamos hechos y por lo mismo lo atraemos para entrar en balance y reconocernos profundamente.
Al final eso somos, humanos, tratando de integrar, unificar nuestra “batalla dual”.
-Karla Urdaibay

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