No cualquiera reconoce tu aroma y se
impregna de ti.
No cualquiera te desnuda el alma
dejándote vestir.
No cualquiera roza tu piel y se funde
entre el firmamento.
No cualquiera te ama y después le invade el deseo por tenerte.
No cualquiera descubre el milagro de amarte y desearte al mismo tiempo.
No cualquiera te intuye, ni te escucha ante tu profunda afonía.
No cualquiera te lee y sabe que entre tu sonrisa se puede esconder una gran tristeza.
No cualquiera se entrega por completo a ti
sabiendo que regresará en pedazos.
No cualquiera te deja ir, suplicándole a Dios que algún día regreses.
No cualquiera te escribe en silencio
para que escuches lo que jamás nadie te ha logrado decir.
No cualquiera te prefiere cerca aunque sea sólo en sueños,
que no verte nunca más.
No cualquiera se arraiga de la impredecible ilusión
de que existe un futuro eterno contigo.
No cualquiera se arriesga incontables veces por ti
aun sabiendo que hace tanto el juego ya terminó.
No cualquiera te sabe.
No cualquiera te siente.
y no cualquiera se inspira de ti...
sólo yo.
-Karla Urdaibay
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